Imposible contabilizar las horas de intenso trabajo del último mes. Horas de investigación y estudio, de ensayo-error, de tiempo robado al sueño… Tampoco podemos contar las horas de conversación al teléfono, ni los e-mails enviados, ni las líneas escritas en los grupos de Telegram y Slack para coordinar y aúnar todos los esfuerzos en un único objetivo: llegar a tiempo e idear, imprimir, fabricar lo necesario para ayudar a salvar vidas.
Pero lo que sí podemos (y debemos) contar, son las personas a las que hemos podido ayudar con nuestro trabajo altruista. Y para [artefactos] no hay mejor recompensa que esa.
Durante los últimos casi 30 días, las cabezas de un equipo multidisciplinar integrado por más de 15 expertos (facultativos, técnicos sanitarios, ingenieros de diversas ramas y especialistas en fabricación aditiva) no han dejado de pensar en la búsqueda de soluciones responsables para plantarle cara a este virus en primera línea de combate. Un batallón de 12 personas, en colaboración con colectivos makers, entre otros colectivos, ha producido cerca de un millar de piezas, a través de diferentes sistemas de impresión para los distintos proyectos en marcha.
Mucho más de 4.300 metros de filamento de diversos materiales, donado por empresas e instituciones, entre prototipos y piezas finales, destinados a paliar los efectos de la pandemia. Y más que vamos a necesitar porque, en esto, no hay quien nos pare.
A fecha de hoy, llevamos 300 adaptadores [skuba] distribuidos por voluntarios en las urgencias de los hospitales, en los centros sanitarios, pero la cifra no deja de crecer. Las peticiones nos llegan de distintas ciudades de la Comunidad Valenciana, pero también de la Comunidad de Madrid, Castilla-La Mancha, Murcia, Cataluña, Galicia,entre otras. Incluso, nos han llegado también solicitudes desde más allá de nuestras fronteras, atendiendo demandas de países como Alemania y Argentina.
En este esfuerzo solidario son más de 12 las impresoras 3D que han estado funcionando a máximo rendimiento, día y noche para conseguir fabricar más de 400 viseras protectoras distribuidas principalmente para proteger al personal de urgencias en hospitales, pero también al de los centros de salud y residencias de mayores de la provincia de Alicante.
También hemos hecho llegar un par de adaptadores [splitter], empleando el novedoso filamento de polipropileno de la empresa RECREUS (con una respuesta en ensayos de validación excelentes, menos del 5% de fuga, tolerancia totalmente admisible) para respiradores en la Comunidad de Castilla-La Mancha, previo alguno más empleado en ensayos en el Hospital General Universitario de Alicante a los que, por suerte, no ha sido necesario darles uso con pacientes, pero nuestro desarrollo continúa para estar prevenidos ante cualquier cambio emergente, así como hacerlos llegar a aquellos lugares del mundo donde sea necesario.
Además, con la llegada de material de un modelo de mascarillas empleado más en China que en Europa, nos han comenzado a demandar la [raspa], el dispositivo que desde hace más de 18 días preveímos y pusimos en abierto para proteger las orejas de las laceraciones producidas por el roce continuado de elásticos en la zona exterior trasera del pabellón auditivo. Para prevenir el contagio por coronavirus también hemos desarrollado otras soluciones simples pero funcionales como el soporte de acetato [abba] y [rex], el utensilio para agarrar objetos sin tocar las superficies.
Juntos lo vamos a lograr
Hemos compartido los resultados de nuestras investigaciones (algunas fueron consumidas por el tiempo y la urgencia de reaccionar a los cambios diarios de las necesidades de nuestros sanitarios, pero registramos las relevantes). y es que para la comunidad de [artefactos] es fundamental el conocimiento abierto y compartido. Porque las necesidades de hoy aquí, son las necesidades de mañana o dentro de una semana, en cualquier otra parte del planeta.
Impresión responsable
Nuestros diseños testeados, en abierto, en plataformas de descarga para que su impacto se propague por donde se necesite (más de 35 descargas en prototipos en desarrollo compartido). Pero siempre siendo responsables e indicando aquellos que, por su función final, no deben ser fabricados sin control o materiales básicos de impresión, como es el caso de [skuba] o [splitter], pues puede comprometer la seguridad del usuario/a.
Con todo, y por exigencia del sentido común, esta crisis puede ser la oportunidad para cambiar el modelo económico y productivo hacia un modelo basado en la sostenibilidad. Si bien es cierto que todavía nos queda mucho de humanización, pues pese a la urgencia de trabajar hombro con hombro seguimos observando competencias y rivalidades que no caben en los delicados momentos que vivimos… impulsos claramente mediáticos que acaban en humo porque no persiguen la línea de colocar al usuario, en este caso al sanitario, en el centro del proyecto.
Para [artefactos] es objetivo base. Sin una necesidad llegada directamente del usuario, no habría proyecto. Para todo el equipo es lo que nos exige el bien común. De lo que sí estamos muy, muy orgullosos es de haber logrado, durante estos casi 30 días, rodearnos de extraordinarias personas, cada una con origen y perfil distinto (empresa, universidad, institución pública, personas anónimas…), pero con mucho que aportar, tanto a nivel humano como profesionalmente.
Grandes personas, con las que estamos seguros que hemos estrechado lazos y junto a las cuales podremos seguir aprendiendo, investigando, desarrollando y mejorando el mundo.
#JuntosPodemos #Gracias
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